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Reducir el consumo de sal salva vidas.

El consumo excesivo de sal está asociado con una gran incidencia de diversas enfermedades de índole vascular: como la hipertensión, las enfermedades renales, cardiovasculares o los ACV. Según la OMS, 17,5 millones de personas mueren cada año debido a estos ataques. Lo que representaría el 31% de las muertes de todo el mundo, convirtiéndolo así, en la principal causa de mortalidad mundial.

La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario máximo de 5g de sal por día. Sin embargo, en Argentina, se estima que el consumo diario de sal por persona es de unos 11g. Más del doble del recomendado por el organismo de salud. Sumado a esto, de acuerdo con la Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (2013), el 34% de los argentinos tiene presión arterial alta.

Se calcula que la reducción de sólo 3 gramos de sal en la dieta de toda la población, salvaría unas 6.000 vidas y evitaría aproximadamente 60.000 eventos cardiovasculares y ACVs anuales. El beneficio de reducir el consumo de sal es para toda la población, inclusive para los niños, y no sólo para los pacientes hipertensos.

Es por este motivo que, este último enero, se reglamentara la Ley Nacional N° 26.905 de Regulación del Consumo de Sodio, buscando lograr reducciones progresivas del contenido de sodio de alimentos procesados. La reducción progresiva de sal, tanto en estos alimentos como en los preparados en casa, no se percibe por que los mecanismos del gusto se van adaptando.

Es importante que todos mejoremos los hábitos y evitemos el consumo excesivo de sal. Algunas formas sencillas de empezar a hacerlo serían:
Reducir de a poco el uso de sal para cocinar
Utilizar especias, vinagre o hierbas para sazonar
No llevar el salero a la mesa

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